COMENTARIO DE NACHO ANTES DE QUE TE PONGAS A LEERLO:

Aquí queda reflejada la triste historia de España, en la que los verdaderos profesionales quedan desplazados ante la intrusión de los chapuceros, en la que los verdaderamente preparados quedan a órdenes de cuatro recomendados ignorantes, en la que hay miles de periodistas sin empleo y un tío que no sepa de qué escribir tenga puesto de trabajo como comentarísta en un rotativo cualquiera.

Joaquín del Rio, un pobre infeliz, que no se daba cuenta de la suerte que tenía de poder entrevistar a todo un mito y, por lo visto, no habiendo oído hablar de él en toda su triste vida, se atrevió a publicar esto en la Hoja del Lunes. Sintamos todos lástima de aquellos a los que les dan nueces y no las saben cascar. ¡Hola Joaquín, tú hiciste bueno el viejo refrán de «todos los tontos tienen suerte»!:


EL ROCK ES UN MEDIO DE COMUNICACIÓN HIPERPODEROSO

El cantante, sin embargo, aburrió con su música a muchos propios y a todos los extraños.

Está a mitad de camino entre el santón hippy venido a menos y el clásico bebedor empedernido de cerveza irlandesa. Votante en contra en el reciente referéndum sobre el divorcio en su país, carga a sus espaldas con veinte años de experiencia que se convierten en un hándicap insalvable al intentar comunicarse con un público mucho más joven que él. A falta de otra alternativa, pasea por los escenarios del mundo la imagen de su cadáver en incipiente estado de descomposición artística.

Sus pocos incondicionales, sin embargo, siguen convencidos de que es uno de los mejores guitarrístas del mundo. Es Rory Gallagher.

Desgraciadamente Rory Gallagher es un hombre suficientemente amable en el trato como para que cueste mucho trabajo hacerle una descalificación global. Con el resquemor de quien ha estado a punto de oler los laureles sin conseguirlo, se revuelve como gato panza arriba ante cualquier alusión a su caducidad artística.

RG- «El rock ha cambiado mucho desde que yo empecé con ello, hace ahora veinte años. Los videoclips, el cuidado por la imagen, la estética y la propaganda, se han hecho más importantes que la música. La mayoría de los grupos nuevos no han podido hacer más que un par de canciones de dos minutos y la música no les interesa en sí misma, sino como negocio. Ya no existe improvisación, no se pone sentimiento en lo que se hace. No se deja lugar para el espíritu libre, cada vez hay más canalización, más comercialidad, más imagen. En muchos casos se concibe el videoclip antes que la canción y sistemáticamente vemos imágenes de historias que no existen en la canción original».

JDR- Sin embargo tu fuiste uno de los primeros en utilizar el cine como medio de promoción a principios de los setenta. ¿Es posible que el medio haya evolucionado volviéndose en contra de quienes no han hecho lo mismo?

RG- «No. Es cierto que siempre me gustó la idea de utilizar el cine, pero creo que no puede permitirse a la imagen acabar con la música. El cine y el video pueden ser medios al servicio de los grupos, pero no se debe pedir a un músico que se convierta en instrumento del realizador de videos. Un caso claro de lo que estoy diciendo es Sigue Sigue Sputnik, ellos no controlan sus productos»

JDR- Si, pero esa es la característica de Sigue Sigue Sputnik y además ellos hacen gala de ello.

RG- «Bien. Cada uno es libre de convertirse en lo que quiera, pero a mí no me gusta. Prefiero escuchar la música de hace años, cuando la música era tal. Estoy hablando de Jimi Hendrix o Bob Dylan, por ejemplo».

JDR- ¿Crees realmente que Hendrix o Dylan eran músicos simplemente y que su éxito no tuvo nada que ver con su imagen y su participación en el movimiento hippy?

RG- «Creo que el término «movimiento hippy» es demasiado vago. Yo mismo he estado incluído dentro de ese término y nunca he sido hippy. En mi caso nunca fue más que una etiqueta que me ayudó a hacerme conocido. Yo participé en varios grandes festivales, pero lo hacía como músico, nunca como ideólogo. Hendrix sí era un hippy, pero hubiera triunfado con o sin «movimiento» porque era realmente bueno. Quiero decir que me parece bien la imagen, pero suponiendo que seas músico previamente».

JDR- En los inicios del rock´n´roll, este estilo de música tenía una enorme carga social, ¿qué crees que tiene que decir el rock en 1986?

RG- «Creo que puede ofrecer textos inteligentes, como los de Elvis Costello, e incluso opciones políticas, como las de The Clash. El rock´n´roll es un medio de comunicación hiperpoderoso que puede hacer de todo. De todos modos, a mí no me interesa qué puedo hacer con mis canciones, sólo me interesa la música en sí misma como medio de expresión».

JDR- Continuamente insistes en que sólo quieres hacer música, pero supongo que no será por que sí. ¿Qué quieres comunicar con tus canciones?.

RG- «Eso depende de muchas cosas. A veces quiero crear atmósferas nuevas y mirarme en el espejo de mis canciones. Me gusta verme en mis textos y comprobar que sigo siendo el mismo».

JDR- Cuando seleccionas los temas para un concierto, ¿influye que sea Londres o Gijón para elegir un tipo u otro de canción?

RG- «Muy poco. Puedo notar una atmósfera distinta antes de empezar, pero luego, realmente, uno se olvida de para quién está actuando. Cuando has hecho ya dos canciones sólo piensas en comunicarte con tu público sin importarte si estás en una gran ciudad o no. Por otra parte, cuando haces una gira repleta de actuaciones en distintos países, llega un momento en que ya no sabes exactamente dónde estás. De todos modos, en este caso me había preocupado de saber que íbamos a tocar en una plaza de toros y que los gijoneses tienen un fuerte sentimiento regional. Eso me interesó mucho porque yo tengo ese mismo problema por ser irlandés».

JDR- ¿Es difícil para un irlandés acceder al mercado británico?

RG- «Al principio mucho. No puedes conseguir algo importante hasta que decides ir a Londres y trabajar desde allí. En ese momento has solucionado la mitad del problema, sigues siendo irlandés, pero, al menos, te has desarraigado. Cuando te has ganado un puesto es cuando puedes permitirte recordar tus orígenes, pero no antes».

JDR- Por último Rory. Hace tiempo dijiste que te hubiera gustado nacer negro porque tu música está basada en el blues. ¿Sigues teniendo ese mismo deseo irrealizable?

RG- «Sí,… Bueno, no… Realmente no sé qué decir. Es un tema demasiado complejo para hablar de él después de tocar rock´n´roll durante dos horas».
Rory Gallagher, eso sí es cierto, no escatimó tiempo en su actuación gijonesa -estuvo sobre el escenario dos horas y media, lo que representa casi el doble de un concierto normal -. Lo triste es que el resultado de su esfuerzo no consiguió más que darle la vuelta al tópico y dejarlo en un «lo aburrido, si largo, dos veces aburrido».

COMENTARIO DE NACHO DESPUES DE QUE HAS LEÍDO ESTO:

JDR- «Hándicap insalvable al intentar comunicarse con un público mucho más joven que él»

N- ¡La tenemos buena con gente así! Ahora resulta que si los Rolling Stones, BB King o el mismísimo Rosendo no tienen la edad de los que asisten a sus conciertos, no les pueden comunicar nada, ni podrán disfrutar ninguno de los espectadores del show. El rock´n´roll no tiene edad, hermano, …o sí: ¡cincuenta o sesenta primaveritas!.

JDR- «El cantante aburrió con su música a muchos propios y a todos los extraños»

N- ¡Ah, qué bonita te quedó la frase!, es una pena que no disfrutases de la fiesta en la que los otros 2999 se lo pasaron en grande. Me extraña bastante que hubiese dentro del recinto torero algún otro «extraño». No creo que hubiera persona alguna que pagase la entrada para ver a los Stukas, los teloneros, que por aquel entonces tocaban en casi todas las fiestas que en Asturias se celebraban y que, cualquier otra noche, podías disfrutar con ellos sin pagar ni un duro. Uhm… tal vez tengas razón, al ser verano y ver jolgorio, es posible que se colase en el concierto algún guiri pensando que se iba a celebrar una corrida. Pregunta a tus colegas del diario El Comercio, creo que se aburrieron bastante, sólo hay que leer lo que publicaron a la mañana siguiente (lo tienes en «Reportajes»).

JDR- «Desgraciadamente Rory Gallagher es un hombre suficientemente amable en el trato como para que cueste mucho trabajo hacerle una descalificación global».

N- ¡Uf, menos mal!

JDR- «A falta de otra alternativa, pasea por los escenarios del mundo la imagen de su cadáver en incipiente estado de descomposición artística»

N- ¡Pardiez, otra excelente frase! No, si el chaval, vocabulario tiene, aunque dudo mucho que tenga registrado el copyright. Hijo mío, debes ser la única persona inteligente que vive en este mundo de imbéciles que pagan dinero por aburrirse en un concierto, la única en este mundo repleto de promotores anormales que contratan a un cadáver para forrarse con su espectáculo aburrido al que saben que irán los imbéciles anteriormente citados a aburrirse, y el único que se ha dado cuenta de que era una estupidez enviar a un excelente corresponsal como tú para llenar la página dieciseis con un evento de estas características, habiendo en el mierda de mundo en el que vives cosas más interesantes de las que escribir. ¡¿Cómo puedes soportarlo? Joaquín del Rio, por favor:

¡Monta en el Sputnik y huye!